En medio del ambiente de relativo
optimismo que se vive tras superar el segundo pico de la pandemia, las empresas
se alistan para enfrentarse a los desafíos que implicará la reactivación
económica del país. En este entorno, LHH - la firma de consultoría y movilidad
de talento, con más de 25 años en el mercado colombiano- identificó las que
serán los tres principales retos para que las organizaciones vuelvan a
apostarle a su crecimiento en 2021, y da las pautas necesarias para que puedan
transitar esta nueva realidad de la mejor manera.
1.
Adaptación: Un aspecto positivo que dejó la “mueva
normalidad” a las organizaciones es el fortalecimiento de la resiliencia, o la
capacidad de sentirse seguro en un entorno cambiante. Cuando las organizaciones
son más resilientes, empiezan a desarrollar capacidades adaptativas, que se
materializan en la posibilidad de responder de forma rápida a las
transformaciones en el mercado.
Sin embargo, para completar el ciclo de
adaptación en las empresas es necesario que cada uno de los miembros de la
organización no solo reaccione rápidamente en su área y tome las decisiones
adecuadas, sino que comparta la experiencia para aportar a otros departamentos
de la compañía.
2.
Desempeño: Si bien el mejoramiento en el desempeño era
algo en el que ya trabajaban las empresas desde antes de la pandemia, al
cambiar las reglas de juego (teletrabajo, restricciones de movilidad para
contactar clientes, nuevos horarios) y aumentar la competencia, el esquema
también cambió.
Por eso, es necesario que los
indicadores para medir el desempeño también evolucionen, y se enmarquen en un
modelo en el que cada uno de los miembros de la organización es “accountable” o
responsable de objetivos específicos. “Hoy
se habla mucho más de acuerdos entre jefes y colaboradores, de espacios
flexibles y de mayor autonomía para los empleados, mientras ellos cumplan con
unas metas previamente establecidas”, indicó José David Restrepo, Gerente Desarrollo de Negocios
de LHH, quien agregó que la meta es que los líderes puedan empoderar a las
personas de su equipo para que cada una se haga cargo de su propio proceso.
3. Transformación: Si bien la tan nombrada reinvención deja muchos
vacíos sobre cómo llevarla a cabo, en términos de transformación lo que se
busca es un cambio de mentalidad en las empresas para que tomen decisiones
acertadas. Se trata entonces de que realicen las variaciones necesarias para
gestionar las amenazas que hoy afrontan por el aumento en la competencia y el
nuevo entorno en el que se desempeñan.
Por ejemplo: en el caso de una empresa que vende
zapatos, es necesario entender que el mercado cambió, y que el nuevo consumidor
es más exigente con las prácticas ambientales y ya no quiere trasladarse físicamente
a una tienda. En ese caso, el requerimiento será entonces transformar los
procesos para que sean 100% digitales y la experiencia del usuario también
mejore. Además, debe empezar a producir zapatos para estar en casa, y ahí viene
la importancia de transformar la fuerza de trabajo (no es cambiar a toda la
gente, sino entregarles a los empleados las herramientas para que puedan actuar
en ese nuevo entorno.
De manera transversal, es claro que el rol del líder también se debe transformar, aumentando su conocimiento de las necesidades de cada uno de los empleados a cargo. Esto es fundamental para generar mayores niveles de confianza y empatía desde los colaboradores. “Hay que trabajar para que el líder compense las diferencias que tiene la nueva normalidad y genere mecanismos eficaces de seguimiento al cumplimiento de los objetivos de cada profesional”, concluyó Restrepo.
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