● A causa de la pandemia y las medidas de aislamiento adoptadas en todo el mundo, las ciudades se repensaron y tuvieron que implementarse cambios arquitectónicos de manera acelerada.
Este
año representó un reto para todos los sectores. Los hospitales fueron el inicio
de todo, tuvieron que adaptar sus espacios a la nueva realidad separando las
urgencias de la atención a pacientes con Covid, los hoteles empezaron a
albergar otro tipo de actividad para mantenerse a flote, las casas se adaptaron
para ser espacios de trabajo, estudio y ejercicio, las discotecas se
convirtieron en gastrobares; entre otros. El impacto en términos espaciales fue
completo porque cambió la manera de interactuar entre los seres humanos.
“Lo que veníamos haciendo bien y mal se aceleró. En términos de arquitectura, el tema es muy amplio. El 2020 representó un reto porque los cambios arquitectónicos no son fáciles de implementar. Hacer una obra o adecuar un espacio muchas veces requiere inversiones altas de tiempo, dinero y de recursos pero la pandemia llegó de un día para otro haciendo que se tuviera que reaccionar muy rápido y ajustarse”, afirma Camilo Garavito socio fundador de aRE.
Tras
casi un año de pandemia, la firma de diseño urbano y arquitectónico Arquitectura
en Estudio (aRE), recopiló las 5 lecciones de arquitectura que deja el 2020:
1.
Flexibilidad y polifuncionalidad
en los espacios: Al interior de los espacios, se hizo evidente una tendencia que
venía desde antes: la búsqueda de la flexibilidad y la polifuncionalidad. Con
la pandemia, las casas se convirtieron en oficinas y colegios de una manera
acelerada y la arquitectura tuvo que pensar en espacios polifuncionales que
permitieran vivir distintas facetas de la vida, en un mismo ambiente y hacer
que los lugares que antes estaban pensados para ciertas actividades
específicas, se ajustaran para otros usos volviéndose flexibles.
2.
Espacios sanos y saludables: Con el confinamiento, cobraron más valor los espacios
sostenibles, aquellos con luz y ventilación natural, que tuvieran contacto con
el exterior. Porque antes, las personas vivían en apartamentos pequeños a los
que solo iban a dormir, pero al tener que habitarlo todo el tiempo, se
evidenció la necesidad de contar con espacios con estas características para
ser felices. De ahí que las terrazas, balcones y espacios grandes, fueran más
deseados.
Esto incluso ha llevado a
pensar las ciudades se van a despoblar un poco, porque las personas que han
podido irse a otros lugares extra radio, como el campo, van a preferir no estar
todos los días en la ciudad cambiando así la dinámica.
3.
La ciudad se convierte en un espacio para vivir: Siempre ha sido así, pero tal vez no se sabía. Las personas están
reclamando eso; más que un espacio para circular, se están buscando ciudades
amables. La infraestructura de la ciudad en los árboles de la cuidad y el
mobiliario urbano se convierten en la infraestructura que gana importancia. Las
personas necesitan salir de sus casas a tomar un respiro, a caminar. Los
parques y las plazas han cobrado más relevancia que la calle vehicular.
4.
Espacios abiertos como protagonistas: En arquitectura y ciudad los espacios públicos en las ciudades y
los espacios abiertos empezaron a adquirir mucha mayor relevancia como
ambientes de interacción y espacios de vida por el tema del aire y la
distancia. Todos los restaurantes saliendo a las calles, los comercios
apropiándose del espacio público no fueron fáciles de implementar porque muchas
ciudades no estaban pensadas para eso ya que los espacios públicos habían sido
concebidos para los vehículos, para transitar, pero no necesariamente para
estar. En Europa se aceleró y en Colombia a futuro, no sólo para el próximo
año, sino en las décadas que vienen pueden ser una tendencia orientada a
recuperar el espacio público como el espacio ideal de interacción entre la
gente y el espacio exterior.
“Las ciudades europeas, por
ejemplo, que tienen un origen medieval, se habían pensado así. En cambio, las
americanas que son más nuevas y que cuentan con un esquema basado en el
vehículo, no. En Barcelona, hay esquemas de manzanas que han peatonalizado todo
el centro de la ciudad. En París hay zonas similares y en Berlín, porque eran
ciudades que estaban pensadas y estructuradas desde un comienzo para eso. En
las ciudades americanas no necesariamente las calles se prestan tanto para esa
interacción espacial”, agrega Carlos Núñez socio fundador de aRE.
“Es
una relación de ida y vuelta, la arquitectura es la que tiene que cambiar para
adaptarse a lo que la gente requiere, pero muchas veces esas propuestas
arquitectónicas les ayudan a entender qué es lo que necesitan y a cambiar sus
dinámicas de vida de una u otra manera. Después de la pandemia habrá cosas que
adaptemos y mantengamos como las ganas de tener una terraza, el entendimiento
de que el parque es importante, el trabajo con modalidad mixta entre la oficina
y la casa, la polifuncionalidad de la vivienda, el disfrute de la naturaleza y
de los espacios exteriores, exigiéndole al espacio en el que se vive más
comodidad y más posibilidad de estar ahí”, concluye Camilo Garavito.
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